normA adelanta su nuevo disco “a”
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A punto de editar su tercer disco, Sebastián “Chivas” Argüello repasa las líneas de pensamiento que unen a normA con Wire. Arte y ruptura en canciones que duran un suspiro. / Por Oscar Jalil. Foto Martin Bonetto.
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“Tengo en la oreja dos discos de Wire, sillas perdiendo, banderas rosas, suenan calientes, suenan a cable, pelan mi cable, estoy con alambres y electricidad”, dice la primera estrofa de “Cable” y la adhesión es evidente. La voz de Sebastián “Chivas” Argüello suena distante, casi robótica, mientras las guitarras se cruzan y el bajo abre el camino por un ambiente glacial. “Cable” brilla como una escultura de metal y es una de las mejores canciones del segundo disco de normA, tiene una exactitud matemática y explica en poco más de dos minutos cómo explorar una influencia. “Wire es una de las bandas que me marcaron y eso a la hora de componer es inevitable que se cuele de alguna forma. Creo que si nos sentamos a charlar con Colin Newman coincidiríamos en muchos aspectos; ellos se inspiran mucho en el arte, más allá de la ‘realidad’ y los ‘problemas sociales’ que el punk embandera. Eso pasa en normA también con la pintura, la arquitectura, la historia. Son una banda-guía, nunca fueron muy populares y son dignos. Modestamente, creo que eso es normA también.” Chivas llegó a los discos de Wire por elevación, “gracias a la versión que hacía Pachuco Cadáver de ‘’”; a su vez Roberto Pettinato, la mitad de Pachuco, había escuchado los primeros discos del cuarteto británico a través de Luca Prodan cuando ambos integraban Sumo: “Pink Flag, directamente me voló la cabeza y ahí nomás quise tener una banda igual, me pareció la evolución del punk, la síntesis total, un nuevo discurso, más poético, más directo, sin ninguna vuelta y divertido”.
El recorrido de Argüello hasta la formación de normA incluye diferentes intentos con nombres notables (Sacachispa Carrascosa, Árboles Quietos, Grupo Soporte) y variados mamelucos experimentales cercanos a la órbita Wire: “Lo que más me llamó la atención fue la fuerza y la justeza de los temas, el tipo de sonido de cada instrumento, la batería, la voz, los cortes, los cuelgues en un acorde, la no necesidad de contar cuatro y pasar a otro. Me identifiqué mucho con la forma, la manera de expresarse, la austeridad con determinación”. No es muy frecuente que los músicos de rock revelen sus fuentes, pero para el fundador de su adhesión a la causa del Cable es placer y admiración sin reservas. Sobre esos mismos modos y preocupaciones estéticas, la banda platense armó su propia área de influencia: la ciudad de La Plata como sede de tradiciones académicas, clasicismo y vanguardias silenciosas, un infierno grande para medir niveles de decadencia y exponer con ironía conclusiones cotidianas. Junto a Ricardo Baldoni (bajo), Pablo Coscarelli (batería) y Gualberto De Orta (guitarra), Chivas alcanzó tras varias mutaciones el encaje justo de grupo prepotente en el sonido y elaborado en los detalles, combinación aún más jugada cada vez que esas ideas veloces despiden buena letra crítica.
Tal vez este admirable respeto a una idea madre explique las razones del lento crecimiento que ha tenido el grupo más allá de su aceptación platense:“Realmente no lo sé y de verdad poco me importa. No soy tan idiota de no querer vivir de la música, y que a nuestros discos les vaya bien y podamos hacer varios discos más, pero realmente es algo que corre en un segundo o tercer plano. El disco nuevo va a ir donde tenga que ir, es un disco digno pensado para adentro. Es una lástima que todavía no tengamos el éxito de otras bandas, no soy hipócrita. ¡La vanguardia es así! Creo que lo importante es saber descifrar lo que la obra te pide. Con eso me conformo”.
Con la letra “a”, así en minúscula, como nombre elegido, el tercer disco de normA continúa la línea de pensamiento minimalista. La fecha de edición está prevista para los primeros días de agosto y en su armado la banda invirtió casi dos años de trabajo. Mariano Essaín estuvo a cargo de la mezcla y ofició de amable consilieri. “Necesariamente tiene que ser diferente”, señala Chivas, “sin dejar de insistir con la misma forma o el mismo mensaje. a es un nuevo intento de búsqueda de la canción simple, diferente y contundente. Es un disco que trata bastante sobre la pérdida, sobre las desapariciones en general, de cosas físicas y mentales; trata sobre el pensamiento posterior a la desaparición, o la muerte, la ingenua pero eterna pregunta de ‘¿dónde está ahora que no está?’. Y también sobre la ausencia, la falta de algo, el vacío. Parece medio bajón, pero puede hacerse rock con todo esto y sublimarlo.” En media hora y con varias trompadas a la mandíbula, la electricidad de normA es un hilo nervioso por donde corren rápido las canciones pogueras (“Grises”, “Poder”, “N.D.I.”) y los ritmos quebrados (“Frezzer”, “Voces”). En ese remolino asoman acordes marcianos (“Rosa”) y una letra que instala frases para retener. Entre ellas sobresalen los versos bravos de “Pañuelo”: “Es una canción que está muy ligada al concepto de ‘pérdida’ del disco. Somos una generación muy particular, que tiene un grado de vacío altísimo, consecuencia de muchas cosas pero sobre todo de la pérdida de horizontes, de guía, y hablando más concretamente, de padres. Tengo al menos cinco amigos con padres muertos o desaparecidos por la última dictadura; es un tema que me llega mucho y con el que convivimos a diario, no sólo por este gobierno y sus acciones, porque más allá de eso, este tema lo tengo en mente desde siempre. En los discos de normA hay siempre canciones que hablan directamente de esto, como ‘Usina’, ‘Helicóptero’ y ‘Pañuelo’”.
Sin llegar a ser una banda política, los normA –al igual que Wire– manejan la urgencia del contexto. a fue registrado mientras el país experimentaba, como hace mucho no sucedía, varios cambios en materia de participación política, producción de debates y toma de posiciones. Parte de este período suena en el disco: “Hubo muchas mejoras en los últimos años y coincido con muchas de las metas que se han alcanzado con el presente gobierno, pero también veo zonas oscuras y no me conformo con esto: no olvidemos a Julio López, por favor, el gran agujero negro de esta gestión. Por supuesto que tengo mi postura y en cierta forma las letras alcanzan esas ideas. Los conceptos están más allá de toda coyuntura o ambiente en el que estás creando algo, e intento aplicarlos a cierta realidad, subjetiva, por supuesto, y decir algo al respecto”.
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(Cala)
Sale en agosto.
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Hoy, jueves 21, en vivo junto a Valle de muñecas en el Salón Pueyrredón, Av. Santa Fe 4560. A las 21.
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