Los Inrocks

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Con la publicación de Virus tropical y Ombligo sin fondo, el proyecto editorial de Liniers sigue dando sus primeros y firmes pasos en el mercado local. / Por Juan Manuel Dominguez

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No hay que hacer mucho esfuerzo para comprender la importancia de Liniers en la historieta argentina reciente. Desde la contratapa de La Nación, Liniers ha llevado la historieta otra vez al público grande, ha agotado tiradas, se ha hecho parte de un imaginario potente pero poco habitado. Sus macanudismos, siempre fieles a ninguna otra cosa que su propia naturaleza juguetona, son parte definitiva del panorama del medio: son la muestra de un ambiente gigante, que existe ahí atrás, una escena que viene apareciendo recién para ojos que la desconocen pero que hace rato esta ya crecidita y vibrante. Pocos momentos, de hecho, tan lúcidos para la historieta argentina, para su diversidad, para su construcción como un nuevo mercado, como este presente. Pero volvamos a nuestro hombre: Liniers, quien por éxito, por pasión, por talento, es signo de muchas cosas. Incluso de ausencias: a nuestro mercado editorial, aunque en crecimiento, a veces le cuesta entrometerse en rincones menos vistos. Un poco por miopía, otro por desidia, las ofertas no se destacan por su pluralidad.

Ahí es donde Liniers se juega junto a su mujer Angie con la Editorial Común, que viene publicando hace un año. Claro, hay muchas editoriales surgiendo, pero EC lo tiene a Liniers. Negar su nombre, el link que puede crear para dar pie a la oportunidad de que la gente entienda que se puede pagar por un libro de cómics lo que por un libro o que existen libros de cómics para cada quien (¡hay miles!) sería ridículo. Sostiene Liniers: “La idea comenzó en un viaje que hicimos a Montreal, donde estuvimos siete meses. Conocí a unos chicos de la editorial que me publica en francés, La Pasteque, y me identifiqué tanto con ellos (dos jóvenes nerds) que me dije ‘Si estos pibes pueden hacer una editorial así, yo también debería poder’. Por otro lado, tengo muy en la cabeza a Daniel Divinsky, y su De la Flor. Tenía que, por lo menos, tratar.” Y Liniers sabe de su propia fuerza: “Como Macanudo anda bien, podemos sostener libros más difíciles o que se venden a largo plazo”.

Virus Tropical, de Power Paola, la reciente publicación de EC, es la prueba de animarse a libros distintos. Algo queda clarísimo cuando se suma la también reciente edición en castellano del hit indie de Dash Shaw, Ombligo sin fondo, un libro de historietas de más de setecientas  páginas. Entonces, ¿cuáles son los problemas que hasta Liniers, nombre que reconoce hasta ese librero que tira al lado de Tangalanga a Chris Ware, enfrenta? “El primer bardo es la distribución. Es un quilombo que las librerías entiendan que estas historietas no son para el área juvenil. ¿Por qué siempre ponen todo ahí? Igual creo que ahora hay una movida. Es importante que haya más editoriales o más publicaciones conquistando un lugar.” Y la otra diferencia es el real cuidado, el estilo editorial que celebra –¡por fin!– el libro como objeto, entendiendo que es algo vital para su consumo en librerías.

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Dash Shaw Ombligo sin fondo

Power Paola Virus Tropical

(Editorial Común)